A veces vivimos en una realidad que nos hemos creado, a la cual nos hemos acostumbrado y en la cual a penas vislumbramos la luz. Ocurre que durante largo tiempo vivimos en ella y la hacemos nuestra llegando a creer que es la única realidad existente, y que no hay nada fuera de ese mundo salvo el abismo. Es nuestro universo, el único que conocemos, al único que tenemos acceso, el que catalogamos de más seguro. Pero esa seguridad se nutre de nuestras propias inseguridades, se fortalece de nuestros miedos, y es, ese miedo a lo desconocido lo que nos hace aferrarnos a nuestra cómoda realidad, sin ser capaces de traspasar la frontera que tenemos marcada, de ir más allá de la linea de actuación que se nos ha concedido.

Pienso que es dificil acostumbrar los ojos a una luz nueva, pero para mí se hace realmente necesario, no me conformo con aceptar la realidad tal cual es, sin por lo menos no intentar transformarla. Quizá algún día llegue a poder saltar al vacío sin importarme si la red está puesta, por el momento "voy siendo" aquello que espero algún día llegar a ser. Y este "ir siendo" aunque a veces doloroso, me hace sentir viva.



¿Alguna vez te has preguntado hacia donde te lleva la inercia de tu vida?


Desde que nacemos nos vemos condicionados por todo el contexto que nos rodea, aprendemos y nos desarrollamos básicamente por la imitación de los modelos que forman parte de nuestras vidas, nos socializamos en base a esa imitación de conductas adapatadas que se nos muestran como "correctas". De este modo vamos entrando en una espiral infinita que nos va llevando de la mano a lo largo de todo nuestro ciclo vital. El ser humano, en constante proceso de aprendizaje va adquiriendo y reproduciendo aquellas pautas culturales y sociales que se consideran adecuadas en cada etapa de su vida. Y como si todo formara parte de un organigrama predestinado, vamos siendo aquello que supuestamente debemos ser, en base a condicionantes como la cultura, el género, el estatus o la educación entre otros. Así es como llegamos a nuestra vida adulta sin demasiadas complicaciones, estructurados como si de robots nos tratásemos, programados para ser lo que somos, sin darle demasiada importancia a lo que realmente hubiésemos querido ser. Por el camino se van abandonando sueños, se van dejando de lado los intereses propios en pro de intereses comunes, se van apagando idealismos; y en contraposición vamos adquiriendo obligaciones, normas, formas de actuar y de pensar.

Todo a nuestro alrededor nos envuelve en esa inercia que nos hace seguir hacia delante, en una sociedad donde prima la velocidad, donde no hay tregua, donde no se ofrece tiempo para deterse, mirar hacia atrás, reflexionar; todo cambia de forma tan rápida que muchas veces no culminamos el proceso de asimilación.

Y cuando osas detenerte, observar el camino por el que transitas, comprender o clarificar metas, cuando esto ocurre, resulta que te encuentras tan metido en el sistema, tan moldeado y forjado, que piensas que es demasiado tarde para cambiar. Por un momento miras el camino asfaltado por el que hasta ahora has avanzado y lo comparas con el camino "nuevo", el que te lleva hacia otro horizonte sin especificar, pero con el te podrías sentir más identificado; y entonces llegan los miedos y las dudas ante lo desconocido, lo no planificado, lo que supone riesgos, y te vuelves a quedar parado en tu kilómetro cero, estancado, lamentándote y con tan pocas fuerzas, que de nuevo la inercia te vuelve a conducir por senderos conocidos.

Los "Católicos Reprimidos" son aquellos que sí van a la iglesia y celebran la Eucaristía religiosamente cada domingo, aquellos que siguen al pie de la letra el ritual de la liturgia, que hacen ayunos de carne cada martes y cada viernes en el tiempo de la cuaresma (de estos ayunos simplistas habría que hablar mucho, lo dejaremos para otro post), y que después de todo esto, les da vergüenza reconocer que son católicos.
Y esto no lo digo yo únicamente, sino sus propios cardenales http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=20106.

Pienso que es muy fácil ser católico cuando se está rodeado de un grupo de iguales que comparte el mismo interés, cuando se comparte la Eucaristía, pero detrás de cada persona hay una vida fuera de la iglesia, una familia, un trabajo, unos amigos, y es, en estás relaciones, cuando los católicos reprimidos profesan un mutismo abismal cuando se aborda algún tema relacionado con Dios o con la religión, y si les aprietas mucho, llegan al punto de negar su propia condición de católicos.

Me sorprendío una afirmación que me hacía uno de estos católicos ayer mismo, cuando afirmaba que "hablar de Dios" es un tema "tabú" para la sociedad moderna, entonces pienso lo lejos que estamos de aquel "Dad Testimonio" de Jesús de Nazareth, qué lejos estamos de entender la palabra, que carentes de un encuentro con el Cristo Verdad y Vida de las Sagradas Escrituras.

Digo católicos reprimidos como podría decir protestantes reprimidos, evangélicos reprimidos o cristianos reprimidos, lo que pasa es, que en mi día a día, lo que más abundan son esas dos clases de católicos tan comunes, los católicos no practicantes y los católicos reprimidos, para mí estos últimos son los más hipócritas.



Hoy se celebra el Dia Mundial del Sindrome de Down, y yo, en una de mis quimeras, quisiera que este día no fuera un "recordatorio" de que existen personas que padecen este trastorno génetico, que no se convirtiera en una fecha más en el calendario de días mundiales o internacionales, en el que acordarnos todos por un momento de este colectivo.
Hoy, una de las noticias "estrella" de los informativos, es que por primera vez en España un síndrome de down, daba su primera clase en un centro de enseñanza. Ante esta noticia me surgían dos sentimientos contrapuestos, por un lado, me emocionaba y sentía alegría, de que esta persona a pesar de su discapacidad haya superado todas las barreras y llegado ha integrarse de modo tan eficaz en una sociedad cambiante que cada vez exige más productividad, competitividad y talento. Por otra parte me entristecía al pensar que este chico "era noticia" por lo raro, lo nunca visto, cuando tendríamos que ofrecer posibilidades para que esto se diera con la total naturalidad, para que no nos sorprendiera.
Yo, como futura Educadora Social, y como estudiante en prácticas en un Centro Ocupacional de Discapacitados Psíquicos, abogo porque sean ellos mismos los que encuentren sus propias limitaciones, y que estas no sean fruto de una sociedad que les imponga lo que pueden o no pueden hacer; y para que esto se pueda dar con total eficacia hacen falta recursos, muchos más de los que se ofrecen, hace falta entre otras cosas que las subvenciones lleguen a tiempo, que los centros dispongan de más recursos humanos y materiales, que no existan listas de espera para poder ingresar en centros de este tipo, que los gobiernos se apliquen en esta materia, que no creen centros con el único propósito de apartar el problema o de acallar la boca de las muchas organizaciones y asociaciones de padres y madres con hijos con discapacidad psíquica.
En definitiva, hace falta mucho empeño por parte de todos, para llegar a la integración de estas personas, que es mucho más que la simple aceptación.


Querido Javi, un año sin noticias tuyas, y me pregunto como será esa nueva dimensión en la que ahora te encuentras. Desde luego si existe un "cielo", tu debes estar allí; me gusta pensar que en la tierra tenemos un hombre bueno menos, pero en el firmamento una estrella más; una de las más brillantes. Ni siquiera sé si puedes vernos, oirnos, si puedes percibir lo mucho que se te echa de menos, si puedes ver a tus hijos crecer; si así fuera, sé que estarás muy orgulloso de tu familia, yo misma, me maravillé de su entereza, de su valentía y de cómo logran día a día superar tu muerte y seguir adelante.

Ya sabes que apenas nos conocimos, pero eso quizá no importe, porque lo realmente importante es que sin apenas conocernos marcaste de algún modo mi vida y siempre tendré un recuerdo para ti. Creo que tras la última partida, lo único que nos queda es eso, permanecer en el recuerdo de la gente que se queda y que ese recuerdo sea siempre bueno, sólo eso podemos llevarnos con nosotros y la satisfacción, de haber amado y haber sido correspondidos. De ésto, tú vas bien servido, así que estoy convencida de que estés donde estés, estarás bien.

Por mi parte me quedo con un recurdo, con una imagen, tú en la estación de tren aquel 26 de octubre de 2007, tú y tu cordialidad, tu amabilidad, tu cariño y esa humildad que tanto te caracterizaba. Aquella fue la segunda y última vez que nos vimos ¿recuerdas?, y entonces, no se nos podría pasar por la mente todo lo que nos deparaba el futuro; solo tú sabes cuánto me dolió.

Recibe mi sencillo y humilde homenaje, haz que ascienda hasta esa parcela de firmamento en la que bailas con las estrellas.

Yo digo NO: Al proyecto de ley en favor del aborto.
Yo digo NO: A una vil violación de los Derechos Humanos.
Yo digo NO: A la potestad de decidir sobre vidas ajenas.
Yo digo NO: Al atentado contra vidas inocentes.
Yo digo NO: Al aborto ni moderado ni por moderar.
Yo digo NO: A la falta de ética, de moral, y de civismo.
Yo digo NO: A la falta de educación en valores humanos.
Yo digo NO: A las nuevas libertades que nos deshumanizan.
Yo digo NO: Al asesinato masivo indiscriminado.

Y si esto, nos hace ser más europeos, yo siento vergüenza de ser europea.

Esta frase, extraída del libro "Dar para recibir: el secreto del éxito en los negocios", es acuñada hoy en día como lema en algunas empresas. A lo largo de mi trayectoria profesional siempre he confiado en la bondad de esta frase, y después de muchos años llego a la conclusión de que siempre "damos" esperando recibir algo a cambio; este algo, no tiene por que ser del tipo material, quizá en muchos casos lo que esperemos sea reconociemiento, agradecimiento, o recibir algún tipo de retroalimentación que nos haga llegar momentáneamente a la vanagloria.
La majestuosidad del verbo "DAR" se ve casi siempre limitada por esa tendecia a recibir algo a cambio, lo cual me hace pensar que no fuimos educados para dar sin condiciones, para dar sin límite. A lo largo de la vida somos instruidos en muchas materias, pero fracasamos en lo esencial y los valores humanos cada vez se enseñan menos. Quizá sea esta la condición humana, cuando algo no nos reporta ningún beneficio, es que no sirve para nada.
¿Acaso las personas invierten en algo sin esperar un rendimiento, unos beneficios? Se puede decir que en el 90% de los casos (dejando el restante 10% para la duda), siempre damos esperando algo a cambio, y sería una falsedad por mi parte no admitir esta coyuntura, o engañarme a mí misma creyendo que doy o me doy sin límites. A partir de ahí, y descubriendo esa entrega "enmascarada", habría que analizar la calidad o el valor de lo que damos y como lo damos; si realmente damos las migajas que nos sobran o si somos capaces de dar algo más, independientemente de lo que esperamos recibir a cambio. Quizá habría que embriagarse de la figura de Jesús de Nazareth, dejando a un lado su divinidad, haciendo un estudio antropologíco y sociológico sobre su faceta humana, para comprender en que consiste ralmente la entrega sin límites.






Mujer trabajodora de ayer y de hoy. Aquellos días nos llevaron a éstos.
Esto es solo un sencillo homenaje de agradecimiento a aquellas mujeres valientes que lucharon para conseguir los derechos que hoy tenemos. Aún queda mucho camino por recorrer en pos de la igualdad de género, tenemos que seguir adelante; luchando por conquistar todas las parcelas que aún nos quedan, dejando atrás la cobardía y las falsas comodidades. Solo así podremos hacer valer la entrega de aquellas primeras mujeres pioneras que tanto nos allanaron el camino.



















Y esta Cuaresma; ¿Seguiremos quedándonos con nuestro superficial ayuno, o conseguiremos adentrarnos en lo hondo sin miedo ni cobardía?

Si no me vas a leer no hace falta que te pongas en la lista...

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Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea, es mejor que no pensar....... HIPATIA DE ALEJANDRIA

GRACIAS JOSE ALFONSO

A Ruth Carlino (Viajando al desierto) .6 de Septiembre .Festividad de Ntra. Sra. de las Viñas .

"Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Se paga al nacer, peaje
y todo es peregrinaje,
cada cual con su bagaje
en pos del cierto accidente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Trenet de feria es la vida.
Bien a la vuelta o en la ida,
sobre raíles se olvida
que no es cierto lo aparente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Llega el otro y marcha el uno.
El de acá es más oportunoque el de allá,
no habiendo alguno.
Todo igual es diferente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Quién soy yo; por dónde voy;
cuál será mi destino hoy,
me pregunto, por qué estoy
si al estar, vivo en pendiente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente".

Jose Alfonso.
http://callejadelahoguera.blogspot.com/