Siento trastear a alguien tras de mí, justo ahí donde aparece la mayor fisura de mis alas rotas; trato de girarme inutilmente para ver el rostro de aquel que se toma la molestia de repararlas, para posteriormente corregir mi vuelo y encauzarlo; y aún no pudiendo verte, se que eres tú, el músico del laúd de las notas perdidas, quien con infinita paciencia, con sutileza, con maestría y con esa ternura que derrite los cuerpos helados, vas retirando una a una las astillas que me clavé, en aquellos golpes bruscos contra mis muros.



Oigo la melodía del laúd de las notas perdidas tocadas para mí con tus dedos gentiles, dulce composición que me hace recordar, que en aquellos momentos de soledad, cuando la estrepitosa caida se hacía más tortuosa, cuando más bajo caía en cada uno de los pozos sin fondo que esta extraña aventura me ponía por delante, más claras llegaban tus notas hasta mis oídos. Y ahora que caen las horas, delizándose por tus dedos, afaenados en mi causa, me doy cuenta de que tu presencia siempre estuvo allí, por muy mal que se pusieran las cosas, por muy hondo que fuera mi agujero...



Te oigo susurrar en mi oido que pronto estaré lista para emprender nuevamente el vuelo, que me llevarás al precipicio de mi vida, para que salte al vacío, y que serás mis alas hasta que llegue tal momento y me embarga la emoción......., noto acelerarse el corazón ansioso por volver a volar en libertad, imaginando que desde allí arriba también podré escuchar tu melodía, sentado en aquella vieja roca del valle, te observaré desde mi inmensidad, y todo volverá a pintarse, pero esta vez de los colores nunca vistos. Y surcaré los cielos hasta llegar al Arco Iris, con la esperanza de que orgulloso observes mi vuelo, que de tus sabias lecciónes aprendió a ser un vuelo libre, seguro, contundente y directo.



Y ahora que aún ando en proceso de maduración, de superación de mis propios obstáculos; ahora, recuerdo aquel primer instante en que nuestros ojos se cruzaron y se hablaron, mucho antes de conocerse.










Nemat Safavi, es un ser humano como tú o como yo, condenado a muerte por el aberrante gobierno de Irán, por el sólo hecho de ser homosexual. Con tan solo 16 años, lo detuvieron y lo metieron en una cárcel donde lleva tres años en espera de que se ejecute dicha sentencia. Imaginaos, una cárcel iraní, allá en el territorio de las cárceles secretas e ilegales, las torturas, los malos tratos y los aberrantes asesitanos, allá donde ni Naciones Uidas, ni las grandes superpotencias, ni el mismísimo Obama, tienen cojones a meter las narices (claro, ¿qué van a decir estos cuando en países, supuestamente civilizados permiten Guantánamos?). Pues en una de esas abobinables cárceles que pueblan el planeta, esas que hemos maquinado con nuestros propios cerebros y hemos construido con nuestras propias manos, está el jóven Nemat, indefenso, en un país donde no valen los Derechos Humanos, donde el fanatismo religioso acusa de sodomía cuando y como le viene en gana, donde no se ofrece la posibilidad de un juicio justo a no ser que seas alguien importánte para régimen, donde sus posibilidades de supervivencia dependen en mucho de nuestras protestas, de nuestras reivindicaciones, de nuestros gritos en contra de lo abobinable.

No sé si este post, en recuerdo de Nemat, servirá de mucho o de poco, pero si sé que si cierro los ojos, si miro hacia otro lado donde los acontecimientos no duelan tanto, entonces, si que no servirá de nada.

Queridos amigos, espero vuestros gritos de protesta ante esta y tantas situaciones injustas. Y os pido encarecidamente que visitéis este enlace
Salvar a Nemat Safavi, aquí encontraréis toda la información sobre este caso y las últimas noticias.

(Gracias a Francisco Galván por darme los enlaces informativos y por involucrarme de algún modo, en la causa de Nemat Safavi)








Susurra el alma que no encuentra consuelo, perdida en tus ojos; en ese mirar ausente y sintético, del que mira pero no ve, del que oye pero no escucha. Y busco en ese imperturbable muro la chispa de la vida que yo siento que late; pero tú sigues distraido, en busca de algo que no llego a discifrar, navegando en interminables mares alejados del puerto. Y te miro, y te grito, y hago aspavientos con mis frágiles brazos, pero aún así, solo encuentro reverberado el eco de mi propia voz y ese viento recio que golpea con fuerza el minúsculo cuerpo que tiende a desmoronarse. Y ese mar que ruge despavorido, con su frenético vaivén de olas muertas, me grita que me largue, que abandone la infructuosa búsqueda, que desaparezca de la vista de esa playa, mientras las gaviotas acechantes a mis pies buscan algo de alimento en las lastimeras rocas de sueño tardío. Y tu minúsculo barco de papel se divisa tan lejano, tan perdido, tan fuera de mi alcance, que temo que mis afónicos gritos nunca lleguen a ser oídos más que por este extraño entorno que me rodea, que me aprisiona y que me impide salir a la mar en tu búsqueda.

Pierdo la vista en el horizonte, justo cuando empieza a caer la tarde y mi mirada es alumbrada por esos tenues rayos de sol, que vergonzosos y tímidos buscan su escondite para dar paso al abismo y al caos de la noche más oscura.
Sigo aquí, sentada en nuestra orilla, en la playa de nuestras vidas, esperando tu dulce compañía, divagando mientras siguen cayendo las horas muertas que se esparcen y se funden, difuminándose en el tiempo.


Del creador de "Un mundo Nuevo" y de "Plumas de Fuego", llega hasta nuestra pantalla de ordenador:
"Viaje al excitante Mundo de las Letras"
Mucho más que un blog, una apsionante aventura que de ser intentada por el lector, nunca le dejará indiferente.

Así mismo os invitamos a participar en nuestro Proyecto Solidario:
NO MAS LIBROS CUBIERTOS DE POLVO

Esperamos encontraros en esta nueva aventura de la mano de Leinad24.


Tumbada al sol, frente a la cascada de agua fresca de mi oasis, un lijero tintinear en el suelo, me hizo agudizar el oido, ubicar la fuente emisora de tan bello sonido convertido en suave y delicada melodía. De la palmera caían frescos dátiles, desprendidendo un sutil aroma cautivador que me hizo saltar de la hamaca, correr en busca de ellos, para recogerlos uno a uno y depositarlos sobre mi mano desnuda; eran dulces y crujientes, de esos que te impregnan el paladar con sutileza; exquisito manjar para mi hora de la merienda.

Relajada, de nuevo sobre mi hamaca, degustando uno a uno aquellos dátiles, me siento invadir por un sinfín de sensaciones que me trasportan a los más bellos parajes. Os dejo unos cuantos en la canastilla, pero venid pronto a por ellos, porque siguen tentándome a crujir bajo mis dientes, a deshacerse en mi boca, a juguetear con mi lengua...............

Tus manos frías cogiendo las mías,
cuando el sol languidece en el horizonte.
árboles desnudos contemplan el paisaje
mientras tus pupilas, que me atraviesan
lanzan gritos de desesperación.
La vida se pasa en un suspiro,
dejando atrás paisajes de hambre y penuria,
plagas y pestes, muerte y desolación.
Estrellas rojas de siete puntas
alumbradas por lunas amarillas
en una oscuridad abismal,
donde ya no hay oxigeno
donde ya no hay vida.

Algunos de los usuarios del Centro Ocupacional
"La Costera - La Canal de Navarrés"



El slogan de las natillas, nos viene como anillo al dedo, para plasmar lo que hoy quiero presentaros. ¿Repetimos???, pues sí; Por segundo año consecutivo realizaré mis prácticas de la diplomatura de Educación Social, en este centro y con estos chavales, porque sin duda me aportaron mucho más de lo que yo pude ofrecerles, y porque fue una experiencia maravillosa.
En adelante os iré contando mis peripecias con los chicos, y mostrándoos parte de mi trabajo en el Centro.
También espero podáis perdonar si en lo sucesivo no publico con la misma frecuencia, pues ahora tengo que compaginar a diario mi trabajo (el que me da de comer), con las prácticas en el Centro.
La foto que os adjunto fue tomada durante la fiesta de la "cremà", por fallas del 2009, de ahí esos atuendos tan característicos en estas tierras, allá por el mes de marzo. Junto a ellos, las dos chicas que hacían las prácticas de TASOC.

Viajando al Desierto

Continuamente hago las maletas y dejo en casa aquel escudo que me protege haciendo invisible mis pertenencias, y aún así, sin llevarlo puesto, las personas no pueden ver su contenido simplemente con acercarse, pero aún así pueden dañarlas. Una nueva aventura está en marcha y nuevamente me tiro al vacío. El lugar al que voy en esta ocasión es un lugar muy lejano, tan lejano que casi nadie sabe donde está, pero me siento afortunado de que la persona que vive allí confió en mi e iluminó el caminito a seguir. Como todos los caminos, esté es sinónimo de dureza. En el cielo, un sol abrasador me quema, al igual que hace con la arena de ese desierto, y con la llegada de la noche el lugar refresca, y sigo caminando desnudo. Pero aún así, por el día se me abre ante mí un precioso paisaje adunado, y por la noche el más precioso cielo estrellado. El viento me abraza y me lleva casi a volandas por la dirección correcta, cuando ante mí aparece un majestuoso oasis de decenas de palmeras, cataratas de agua fresca y juguetona, sabrosos alimentos, y hamacas… En una de ellas estás tú, la mujer del éxodo al desierto, mostrándome tu interior.Y sé a ciencia cierta, que deberías mostrar ese paisaje a todo el que lo quiera ver, pues es impresionante, y también sé que viajar a través de tus letras se convierte en placentero. No las guardes para tus adentros. Paga el billete para quien te quiera leer, pero hazlo solo de ida, porque no creo que quieran volver.
-A Ruth-


Entre railes te asomas para morir en las entrañas de la tierra que abre su boca negra para abserber la volatil velocidad para la que fuiste engendrado. Suave te deslizas, moviéndote en los submundos de personas que con deseo te buscan, corren tras de ti, van a tu encuentro. Tú que no distingues razas ni sexos, que absorbes culturas, que te envuelves con ese extraño perfume llamado humanidad. Tú que como madre parturienta te desgarras en lo interno de la tierra, dando a luz el espacio compartido hasta el último milímetro, envolviendo tras de ti cada suspiro, cada anhelo, cada sueño, cada historia de aquellos que se acercan a tus míseras estancias, muriendo en sus rutinas y en sus surrealismos y a la vez dándote la vida que te caracteriza.

Manchada queda tu piel, untada tu barra de stripper, desgarrados tus ojos trasparentes y cristalinos de vahos ajenos y de historias contempladas. Grafitis adornan extrañamente tu recorrido por las entrañas de la gran ciudad que sigue latiendo más adentro que afuera.

Personas y más personas, que vienen que van, que suben que bajan; anónimos seres que se cruzan y chocan entre sí, que sin conocerse se reconocen y que comparten su espacio vital única y exclusivamente gracias a ti; metro que vienes y vas, uniendo puntos en la lejanía de la visceralidad.


Contágiame de tus historias, acércame a todos esos mundos que te engendran, que te poseen, que te aprisionan, que te llenan y te vacían, de cada cual que deja su humilde huella sobre ti; transpórtame con la mirada hasta envolverme de humanidad, hasta sentir al otro, hasta quebrar la frágil linea que separa el mundo que comparto con quienes respiran a mi lado, en un asiento o de pie, aquí donde obligatoriamente invades el espacio íntimo y personal de cada persona sin previo aviso, sin necesidad de pedir permiso, y sin estar mal visto. Veo incomodarse a muchos pasajeros, a mí me pasa lo mismo, pero más allá de lo más o menos cómodo del trayecto, encuentro en tus vagones una extraña unión de seres humanos con sus distintos universos, absortos en sus mundos. Y yo sigo contemplándolos con los ojos que envuelven la novedad, a pesar de haberme adentrado tantas otras veces en este tu extraño universo de vías y caminos de hierro bajo tierra, que me traen y me llevan.


Mis queridos amigos, me marcho unos días a descansar; os dejo la puerta entreabierta para que podais colaros con facilidad.

Podéis entrar como los duendes y alborotar un poco, cambiar las dunas a vuestro antojo, jugar con la luna y las estrellas, y chapotear en el agua del oasis; pero luego me dejáis cada cosa en su sitio que luego no encuentro nada. Tened cuidado no me dejéis calvas las palmeras. He dejado los cactus podados para que no os pinchéis. Os echaré un ojo........ (si me dejan).

Nos vemos en unos días, sed buenosssssssssssssss.

PDTA: Espero que el chico de las plumas se ponga las pilas, que ya me ruge el estómago de tantos días sin mi alimento literario, (tú ya me entiendes).

Si no me vas a leer no hace falta que te pongas en la lista...

Datos personales

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Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea, es mejor que no pensar....... HIPATIA DE ALEJANDRIA

GRACIAS JOSE ALFONSO

A Ruth Carlino (Viajando al desierto) .6 de Septiembre .Festividad de Ntra. Sra. de las Viñas .

"Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Se paga al nacer, peaje
y todo es peregrinaje,
cada cual con su bagaje
en pos del cierto accidente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Trenet de feria es la vida.
Bien a la vuelta o en la ida,
sobre raíles se olvida
que no es cierto lo aparente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Llega el otro y marcha el uno.
El de acá es más oportunoque el de allá,
no habiendo alguno.
Todo igual es diferente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Quién soy yo; por dónde voy;
cuál será mi destino hoy,
me pregunto, por qué estoy
si al estar, vivo en pendiente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente".

Jose Alfonso.
http://callejadelahoguera.blogspot.com/