El anciano encorvado que me había sobresaltado segundos antes, tomaba asiento frente a mí colocando su rudimentaria vara de caña que utilizaba a modo de bastón, a mi vera. Lo miré desconcertado, pues no esperaba que nadie acompañase mi viaje. Aquel ser peculiar y extraño me inquietaba sobremanera, más aún que los acompañantes cadavéricos, y a la vez, me producía una curiosidad innata y una sed de saber quién era y qué estaba haciendo allí. Miré alrededor y el vagón seguía completamente vacío, y me preguntaba por qué se había sentado frente a mí, quizá sólo buscaba compañía en un viaje tan incierto como el mío. Su rostro pálido mostraba el paso de los años y lo reflejaba en aquellas arrugas en la comisura de los labios y alrededor de sus ojos, y por un instante deseé que la finalidad de su viaje no fuera la misma que yo perseguía, pues iba a llegar demasiado tarde a conquistar sus sueños.
Su mirada buscó el reflejo de la mía, mis ojos se posaron en los suyos que eran grises como el acero, y en ese instante en el que nuestras miradas se sostuvieron vi pasar por sus ojos la película de mi vida, un tumulto de recuerdos que creía olvidados, momentos felices y amargos que ahora pasaban vertiginosamente en el abismo en el que se habían convertido sus ojos. Un sudor frío empezó a recorrerme la espina dorsal mientras se me aceleraba el pulso y el caballo desbocado empezaba a cabalgar frenéticamente en mi pecho.
Por fin la película de imágenes dejó de sucederse mostrando el vagón vacío y a mí en su interior, se detuvo sin tan siquiera mostrarme algo de lo que iba a ocurrir de ahí en adelante. El anciano me sonrío y de su bolsa de equipaje sacó una especie de librito totalmente en blanco en cuyas tapas podía leerse "Cuaderno de Vida", mientras extendía la mano hacia mi "Cuaderno de Viaje", aquel cuaderno lleno de soledades y frustraciones, sobre el que tantas veces había vomitado en forma de tinta, en mis largas horas en la Cuidad Dormida. No tenía intención de dejárselo leer a nadie, pero aquel ser movía mi voluntad que ya parecía a su merced, y se lo extendí. Él ni siquiera lo abrió, se limitó a guardarlo en su bolsa mientras junto a mí depositaba aquel nuevo cuaderno que había sacado momentos antes. Yo quise gritarle !No!, pero la voz no ascendió por mis cuerdas vocales, ni siquiera en forma de susurro podía hablar, quedé mudo e inmóvil ante aquella presencia.
En anciano se levantó y prosiguió su marcha hacia otro vagón, dejándome aquel extraño cuaderno totalmente inmaculado, en el que tan sólo podía leerse en el reverso la palabra "Ιωάννην" en griego, de la cual no sabía ni su significado.
Mudo y absorto quedé en mi asiento, las palabras se habían evaporado, las imágenes vislumbradas momentos antes seguían reverberando en mi mente como ecos de un pasado que jamás podré borrar por muchos intentos que haga, el cuaderno seguía sostenido entre mis manos, mientras un tenue idea recorría mi mente a modo de estrella fugaz, "Reescribir el Presente".............
Ruth: 02/02/10
12 beduinos en el desierto:
¡Que relato más apasionante, intrigante,...suscita la curiosidad de principio a fin, y el deseo de saber que pasará en el próximo capítulo...!.
Un Fuerte Abrazo y Besos Amiga Ruth
Esto no es lo que parecía... Yo diría que tiene mucha miga...
Tu personaje vive una revolución total, una revolución del pensamiento, de la forma de entender y plantearse la vida... Y vive un cambio de rumbo total donde se invierte el destino para crear una nueva realidad... Aire puro... Nueva luz...
Interesante.... Muy interesante... Brillántemente desarrollado, Ruth.
Seguire pendiente de su resolución...
¿Y quién es Juan?
Un gran abrazo
(y gracias por las pistas, que ando despistado...)
jejeje, muy interesante, expectante de saber más...
Sabes relatar a la perfección esa fase, ese viaje que todos damos, o por lo menos alguna vez en neustra vida tenemos la intención de dar... Sobresaliente
Creo que ganó con el cambio: un cuaderno lleno, pero de soledades volcadas en los peores momentos, por otro vacío, una nueva oportunidad.
Saludos :)
Gracias Mariaje, me halagas porque eso es justamente lo que pretende cualquier persona al escribir un relato, enganchar a sus lectores.
Besos preciosa.
Muchas gracias Suri, por leer entendiendo, ahí está el punto de inflexión en la ida de un personaje "X".
No debes disculparte, a veces cuesta seguirme porque ya sabes que yo soy de escritos surrealistas y abstractos a la vez, me ha encantado que lo acabes descubriendo.
Por cierto, tú ya sabes quién es Juan ¿no?, mu listillo tú, mu perspicaz. Me encantas.
Besitos mi querido troador.
Gracias Lein por tus hermosas palabras, y con lo exigente que eres con los escritos ajenos y los propios, pues me halaga sobremanera. Ya veremos si sigues pensando lo mismo en la próxima entrega, ¿encontraré la alcantarilla?? jejeje.
Besitos.
Un placer tenerte por aquí Lucía, y muy buena la apreciación que haces.
Saludos :)
Parece que ese Juan es tu mentor... tu maestro ¿no?
Creo que es afortunado
Muy bueno Ruth...reescribir el presente...bonita expresión. Espero la siguiente entrega
Bésix
Pues yo creo que la afortunada soy yo.
Besitos Bernardo.
Gracias Calvarián por el esfuerzo derramado en mi causa, muchas gracias sinceras y de corazón.
Besix.
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