Hace tiempo que dejé de pulular por los mundos de apolos y atheneas...........................................................
Hubo un tiempo en que ese mundo se abrió para mí; su gran portal blanco y luminoso me invitó inocentemente a atravesar el umbral y me dejé absorber por él, me dejé llevar infinitamente, dejé que toda esa fantasía me envolviera por completo hasta que mis pies se despegaron del suelo y volé.................... volé por ese mundo acercándome a sensaciones que jamás había sentido, descubriendo hasta qué punto podía llegar mi locura. En aquella efímera aventura aprendí que jamás uno llega a conocerse a sí mismo del todo o completamente, que siempre somos capaces de asombrarnos a nosotros mismos. Aquellas sensaciones de vértigo hicieron de mí un ser dependiente, completamente abandonado a merced de sueños y fantasías utópicas. Pero llegó el duro momento en que la cruda realidad golpea con fuerza, sentí ese puñetazo en la boca del estómago que hace que se te corte hasta la respiración, que seas incapaz de mantener la verticalidad de tu cuerpo, que acaba derrumbándose con el estoque final: ese puñal clavado en el órgano galopante que daba sentido a cada instante desde el momento en que decidí traspasar la frontera. Y entonces, en aquel mismo instante, todo aquel mundo desapareció dejando solo abismo envuelto en negrura, donde antes había cuadros abstractos destellantes de luces blancas y luminosas ahora sólo quedaba reflejo de sombras en mitad de tinieblas, donde en otro tiempo fugaz había sensaciones dulces e infantiles ahora solo quedaba dolor sumergido en un vago resentimiento, donde había inocencia sólo quedó culpabilidad, donde había una persona ahora había otra distinta, más intensa de lo que jamás había logrado ser, y a la vez, paradójicamente más dueña de sí misma y más libre.
Ahora ese mundo que dejó huellas imborrables y cicatrices medio sanadas, ha vuelto a ponerse ante mí, ha querido sin querer volver a atraparme, aunque más sensato sería decir que yo misma fui quien quiso asomarse de nuevo por una pequeña ventana mágica, pero ni que decir que ese mundo ya no es el mismo. No me perdono la flaqueza ni el error de poner adoquines sin cemento, y aunque no me arrepiento de nada tampoco me perdono nada, absolutamente nada. Aprendí las lecciones duras de la vida en la caída en picado, y aunque no sea el mejor método de aprendizaje debo reconocer que es el más efectivo............................................................
Hubo un tiempo en que ese mundo se abrió para mí; su gran portal blanco y luminoso me invitó inocentemente a atravesar el umbral y me dejé absorber por él, me dejé llevar infinitamente, dejé que toda esa fantasía me envolviera por completo hasta que mis pies se despegaron del suelo y volé.................... volé por ese mundo acercándome a sensaciones que jamás había sentido, descubriendo hasta qué punto podía llegar mi locura. En aquella efímera aventura aprendí que jamás uno llega a conocerse a sí mismo del todo o completamente, que siempre somos capaces de asombrarnos a nosotros mismos. Aquellas sensaciones de vértigo hicieron de mí un ser dependiente, completamente abandonado a merced de sueños y fantasías utópicas. Pero llegó el duro momento en que la cruda realidad golpea con fuerza, sentí ese puñetazo en la boca del estómago que hace que se te corte hasta la respiración, que seas incapaz de mantener la verticalidad de tu cuerpo, que acaba derrumbándose con el estoque final: ese puñal clavado en el órgano galopante que daba sentido a cada instante desde el momento en que decidí traspasar la frontera. Y entonces, en aquel mismo instante, todo aquel mundo desapareció dejando solo abismo envuelto en negrura, donde antes había cuadros abstractos destellantes de luces blancas y luminosas ahora sólo quedaba reflejo de sombras en mitad de tinieblas, donde en otro tiempo fugaz había sensaciones dulces e infantiles ahora solo quedaba dolor sumergido en un vago resentimiento, donde había inocencia sólo quedó culpabilidad, donde había una persona ahora había otra distinta, más intensa de lo que jamás había logrado ser, y a la vez, paradójicamente más dueña de sí misma y más libre.
Ahora ese mundo que dejó huellas imborrables y cicatrices medio sanadas, ha vuelto a ponerse ante mí, ha querido sin querer volver a atraparme, aunque más sensato sería decir que yo misma fui quien quiso asomarse de nuevo por una pequeña ventana mágica, pero ni que decir que ese mundo ya no es el mismo. No me perdono la flaqueza ni el error de poner adoquines sin cemento, y aunque no me arrepiento de nada tampoco me perdono nada, absolutamente nada. Aprendí las lecciones duras de la vida en la caída en picado, y aunque no sea el mejor método de aprendizaje debo reconocer que es el más efectivo............................................................
Ruth: 21/7/10
Imagen: Getty Images
9 beduinos en el desierto:
Ándate con ojo jejeje. Cuando sales de un mundo de ensueño la caída es tremenda. Estoy de acuerdo contigo...nunca dejaremos de conocernos, de sorprendernos a nosotros mismos. Esto me recuerda una frase de Albert Einstein, que tengo en mi blog viejo, que me ilustra en este tema...y en muchos otros de la vida, más bien en todos. "Sólo hay dos cosas infinitas, el universo, y la estupidez humana". Nunca deja uno de ser los suficientemente estúpido e imbécil jejeje
Bésix
Hola Ruth, ¿que tal la vuelta a la realidad, digo al trabajo y demás...?, espero que menos dura de lo que se refleja en este relato. Se echaba en falta un relato de esos tuyos tan profundos...pues desde luego la caída a veces es dura, dependiendo de la utopía y de la realidad de que se traten claro, por ejemplo cuando te haces idea de que una organización política ó de otro tipo era de una forma que te gustaba y te apasionaba y de repente descubres que no era para tanto...en fín, aunque tu relato sea ficticio, inventado, esas cosas ocurren en la realidad con más frecuencia de la deseada.
Un Relato Excelente, como siempre Ruth
Besos
Manda huevos (con perdón -que no con chorizo-) que lo que me pide el cuerpo es recomendar, a quien se acerque hasta esta reflexión tuya, que se deje llevar por la utopía... por la ilusión... por los sueños... por la inocencia...
Porque -digo yo- ser pragmático está muy bien para pasar por este mundo de dolor como anestesiado y aborregado, sin vida real, sin nada que desear... ¡y sin dar guerra a quienes se aprovechan de todo ello para hacer su fortuna! Y hablo de todos los amantes de lo ajeno, que hay muchas especies...
No Ruth, ¡qué leches! No debemos renunciar a ese mundo ideal, utópico, maravilloso en el que creemos. Lo que tenemos que hacer es coger esta realidad (este mundo) y darle de puntapíes (en la unión de las dos piernas) hasta que sea una realidad (un mundo) digna de ser vivida.
No mata soñar... mata renunciar a los sueños...
Creo que necesitaba leer algo como esto... Y con ese estilo tuyo tan grandioso...
Todo mi cariño...
Te dejo esto con un fuerte abrazo:
"Temí...o tuve la esperanza de morir allí...más no tardé en levantarme, arrastrandome con manos y rodillas, hasta que pude erguirme por completo, tan ansiosa y decidida a proseguir el camino como antes." (Jane Eyre, capítulo XXVII).
Hola Calvin, sí la frase de Einsten da mucho que pensar, así como el refrán popular que dice que "el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces". En fin, no nos queda otra más que seguir caminando a ver que locuras nos atrevemos a cometer.
Besitos guapo.
Uff Mariaje, ya ni me acuerdo de las vacaciones, sólo de aquellos momentos especiales que prevalecerán por siempre en mi memoria, de la sensación de libertad y relax, de eso ya ni me acuerdo.
Besitos.
Querido Suri, me anima mucho lo que dices. Sabes, a veces queremos huir de esos sueños, de esos mundos, pero hay personas que de un modo u otro pues debemos llevar de serie el arrojarnos a los brazos de los sueños y la fantasía, y como es algo innato a nosotros mismos pues no podemos huir por mucho empeño que pongamos en el intento. Me alegra saber que tú eres uno de los de mi especie, dicen, que la carga compartida es menos pesada.
Me dejo envolver por tu cariño.
Besitos.
Brisa, como siempre tan fiel a estas extrañas confesiones. Gracias por tu presencia trasatlántica y por esta cita tan sumamente bella que me hace reflexionar y animarme.
Besos querida amiga.
poemas independientes
gonssalom.blogspot.com
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