Ante mis ojos, aquella mesa ovalada que durante tanto tiempo había estado olvidada en un oscuro rincón bajo la escalera de caracol, recubierta con su inconfundible manto espeso y polvoriento. Ahora aquellos días de antigua mesa habían pasado desde que el sospechador de rumbos, viejo artesano velense, había reparado en ella. Durante varios días lo vi con su mirada fija en aquel oscuro rincón, como sospechando tímidamente la posibilidad de devolverle la vida a aqulla mesa, que durante mi niñez había sido tan solo un trasto con el que jugar.

Ahora esa misma mesa, completamente restaurada se alzaba ante mis ojos incrédulos, mostrándome parte de su vida anterior a la que yo concía. Me hablaba de aquella época dorada en que había presidido el centro de un bello salón burgués tantos años antes.

Durante largas tardes había observado al artesano amar, mimar, dialogar, con aquella mesa; la había despojado de todo su sucio ropaje, la había contemplado delaitadamente, desnudándola hasta llegar a su parte más intima donde mostraba rasguños y heridas, marcas del paso del tiempo sobre su superficie. Con esmera paciencia había lijado toda su piel, había reparado cada una de sus fisuras, había encolado nuevamente sus puntos de apoyo, y poco a poco, aquella mesa que en pocos días había languidecido por completo, volvió a vestirse con aquel suave barniz que le daba una presencia señorial a toda la estancia. La mesa era capaz de alumbrar y dar nueva vida a aquella casa; y ahora era fácil imaginar su entorno natural, las ostentonsas cenas de gala en las que había estado, las largas noches de fiesta que había presenciado, los cócteles en los que se había perdido hasta altas horas de la madrugada; incluso podían escucharse las risas, la música, las conversaciones a media voz, los murmullos y las confidencias, con tan solo acercar el oído a la brillante superficie lisa que llamaba con fuerza.

26 beduinos en el desierto:

Aha, hasta el árbol mutilado tiene formas mágicas que le devuelvan aquello que llegó a ser....


ABrazos.....

Como objetos pueden estar cargados de tanta vida...

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QUE DISFRUTES DE UN BUEN FIN DE SEMANAAAAAAAAA
BUENAS NOCHES CHRISSSSSSSSSSSSSS

¿Lo ves?
Hasta lo cotidiano es poesía.
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A otra cosa, me parecía imposible que en casa -un piso- hubiesen ratones. Recién comprada una mesa, cierto día aparecieron en el borde de su superficie, unos rasguños leves -juntos, tres o cuatro- paralelos, desde dentro hacia afuera. Sucesivamente, a diario aparecían nuevos rasguños. El lacado de la mesa aparecía, literalmente, atacado por los cuatro lados, sobremanera. No encontrando explicación por lo insólito del hecho, hasta compré trampillas para ratones, no podía ser otra cosa. No tenía sentido. Siempre eran las mismas señales; los mismos rastros. Hasta que lo descubrí, aliviado, dentro de lo malo.
Era mi hijo Adrián que, desde su taca-taca, aupándose desde el andador; apoyadas sus manitas en la mesa, aliviaba el dolor que le provocaba la salida de sus primeros dientes, mordisqueando la madera.
Un beso.

dialogar con el mueble, ahì estaba la cuestiòn. Nadie mejor ue el propio mueble sabe lo que quiere.
Gracias, Ruth, por estas preciosas palabras.
Un abrazo "dialoguero"

Hay cosas que hay en la casas que permanecen en silencio durante años... cuando renacen parece que tuvieran la necesidad de contarlo todo, con una loca verborrea... jaja.
Linda mesa, si señora.
Un beso, mi niña.
Natacha.

Así es Erik.

La materia en este universo puede llegar a tener tantas vidas diferentes.........

Besos.

Sí Leinad, de vida y de historia.

Besos guapo.

Que tengas un feliz fin de semana Crhis.

Sigue trayéndome animales al desierto que quiero formar el Arca de Noé............

Besos.

Si José, hasta lo cotidiano genera letras, ya ves.

Gracias por compartir la anécdota de Adrian (precioso en las fotos por cierto). Dicen que si nos salieran los dientes de adultos no lo soportaríamos.

Besos.

Gracias a ti Lubi por inspirarlas.

Besos.

Natacha, pues espero que dentro de su loca verborrea estén quitecitas y en silencio, vamos que sólo pueda escucharlas mentalmente jugando con mi imginción, de lo contrario me vería obligada a llamar a Iker Jiménez jajaja.

Besos guapa.

Como me encantaría escuchar las miles de canciones y confesiones que guarda esa mesa..(confesiones de una mesa,podría ser?..)

Un gran abrazo Ruth!.

¡Que entradas más curiosas e interesantes escribes Ruht!, curiosamente esta mañana me estaba acordando si aún seguiría tirado aquel mueble que ví ayer en una calle paralela a la mía, era algo así como un armario pero no me atreví a abrirlo en medio de la calle por verguenza, esta mañana pensaba ¡que bien que hubiera sido una estanteria por dentro, y haberla podido reparar siquiera medianamente, reciclarla para meter muchos de los papeles, libros y cuadernos que tengo por ahí repartidos y que ya no me cogen en ningún sitio...!, algún día tendré que salirme yo de casa para que tengan sitio los libros, cuadernos papeles,...jaja..
En fin, ¡si hubiera pillado a ese Restaurador de muebles del que hablas a mano, le hubiera pedido que hiciera algo útil de ese armario tirado ahí como algo inútil..!
Un Abrazo y Buen Puente del Pilar

Hola, vengo a llenarme los pies de arena... Ay que ver, lo mal que anda con tacones por aquí....;)
Bueno, que tuve que salir corriendo, pero antes te dejo un saludo.

La imagen que tienes es una de mis favoritas en la pintura de Dalí. "La última cena"...bueno, además, Dalí es uno de mis pintores favoritos.

¡Saludos!

La de muebles con historia que amontonamos en un cortijo polvoriento cuando murió mi abuela.

¡Qué pena me daba!
Yo había jugado con unos, me había sentado sobre otros, había escondido secretos y hasta yo misma en el interior de algunos y había crecido en el escenario que creaban todos aquellos muebles.

Tal vez su disposición y su forma condicionaron en cierta manera mis juegos, que pudieron haber sido distintos si distintos hubiesen sido los muebles.

Tras un tiempo volví a aquel almacén de recuerdos y ya no estaban. Mi madre me dijo que se los había ido regalando a quien se los pidió.

Ahora lucirán igual de hermosos que tu mesa en alguna otra estancia, y quizá otros niños jueguen con ellos como lo hice yo.

¿Por qué no me los traje a casa? En su momento pensé que era una pena sustituir mis modernos muebles por aquellas reliquias, pero hoy me arrepiento.

Me gusta mucho leerte. Un saludo Ruth.

Ya ves mi querida Brisa, aquí cualquier cosa se viste de confesión, me gusta, confesiones de una mesa jajaja.

Besos amiga.

Uyy Mariaje, pillar a ese restaurador de muebles en concreto va a ser difícil porque vive en Argentina, pero seguro que aquí hay tantos de ellos, incluso aquellos que abandonaron la profesión porque ahora antes uno se compra algo nuevo que repara lo viejo.

Besos y gracias por tus siempre alagadoras palabras hacia mi humilde pluma.

Ya sabes Carlota que las ventiscas me lo ponen todo perdido, es lo que tiene vivir en medio de un desierto, no es lo mismo que estar en tu palacio.

¿Vale de algo que siga preguntando por el apuesto Sergei???? Salúdale de mi parte, y que si el hombre del elegante guante blanco necesita alguna cosa, aquí está servidora jajajaja.

Besos guapa.

Querido Jóse, gracias por tu visita. Sabes yo crecí con una lámina de ese cuadro en la habítación de mi tío, recuerdo que siempre me sentaba en el borde de la cama y me quedaba embobada mirándolo mucho años antes de saber que era de Dalí. De todas las "Ultimas Cenas" que se han plasmado está es sin duda la que más me gusta, quizás por no ser igual que las demás, quizá por que me infunde más esperanzas que es resto.

Besos y bienvenido.

Bienvenida querida Adelaida compositora y escritora.

Sabes, por lo menos puedes estar contenta de que esos muebles hayan sido donados, porque peor hubiera sido que los hubiesen tirado.

Tienes razón en lo que dices, la de cosas que dejamos abandonadas por creerlas inservibles y luego resulta que otras manos le devuelven la vida.

Besos mi nueva beduina.

Todos los objetos tienen una historia dentro. ¡Si pudiesen hablar!
Y son y nos dan. Deberíamos mirarlos más.
Me encantó.
Un beso.
Diego

Ya ves Diego, son muchas las cosas que atraen mi mirada y me sugieren una historia que contar, aunque no sea muy comercial jajaja.

Besos amigo.

Que maravilla Ruth dandole vida a un objeto que te deja volar la i,aginación bellísimo relato!!
te dejo un gran beso!!!!

Gracias Fabiana, recibe tú también un enorme abrazo.

Besos.

Si no me vas a leer no hace falta que te pongas en la lista...

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Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea, es mejor que no pensar....... HIPATIA DE ALEJANDRIA

GRACIAS JOSE ALFONSO

A Ruth Carlino (Viajando al desierto) .6 de Septiembre .Festividad de Ntra. Sra. de las Viñas .

"Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Se paga al nacer, peaje
y todo es peregrinaje,
cada cual con su bagaje
en pos del cierto accidente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Trenet de feria es la vida.
Bien a la vuelta o en la ida,
sobre raíles se olvida
que no es cierto lo aparente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Llega el otro y marcha el uno.
El de acá es más oportunoque el de allá,
no habiendo alguno.
Todo igual es diferente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Quién soy yo; por dónde voy;
cuál será mi destino hoy,
me pregunto, por qué estoy
si al estar, vivo en pendiente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente".

Jose Alfonso.
http://callejadelahoguera.blogspot.com/