“La Ninfa y el Guerrero”

Había una vez una ninfa que vivía en un valle frondoso lleno de alegre vegetación y adornado por un río que daba vida a aquella bonita estampa en la que siempre era primavera.
La Ninfa vivía sola en su valle, y apenas era visitada por algunos caminantes, ya que antes de llegar al valle había que atravesar el abismo de los dragones, y sólo unos cuantos osados conseguían llegar hasta allí; eran aquellos que al pasar y ver la hermosura de aquel rincón les entraban unas ganas irrefrenables de instalarse junto con la ninfa, pero desgraciadamente siempre acababan marchándose después de saciar su hambre y su sed, porque aquel lugar acababa antojándose aburrido a fin de cuentas.
Sucedió una mañana que la ninfa estaba lavándose los pies en aquel río, cuya agua cristalina devolvía el paisaje verde de la vegetación, que de repente, sin haber escuchado tan siquiera unos pasos al acercarse, vio reflejada una imagen junto a la de ella en el agua. Entonces la ninfa, lejos de asustarse, posó su profunda mirada sobre el reflejo de aquellos ojos oscuros que la miraban desde el agua; durante un instante en el que los relojes dejaron de marcar todas sus horas y se inmortalizó el tiempo, la ninfa vio pasar ante sí las muchas cicatrices de todas las batallas libradas por aquel guerrero. Pero ella mejor que nadie sabía, que el mejor bálsamo para curar todo tipo de heridas, era el amor, el cariño y la ternura; y de eso ella tenía mucho que ofrecer a aquel guerrero que seguía hipnotizándola desde el agua.
El guerrero acogió con agrado las muchas atenciones de aquella bella ninfa y empezó a sentirse mucho mejor al recobrar todas aquellas cualidades de antaño. Y en sus ojos volvió a brillar aquello que llaman “esperanza”, algo que había perdido batalla tras batalla por mucho que algunas hubiesen terminado en grandiosas victorias.
Los días pasaban y el guerrero se sentía feliz, optimista, confiado, alegre y lleno de vida; y la ninfa descubrió que a medida que iba suavizando las heridas de su amado guerrero, iban cicatrizando las suyas propias; heridas que ella misma tenía escondidas en el fondo de su alma, heridas que nadie había osado descubrir jamás, pero que aquel intrépido guerrero llegó a vislumbrar y a recubrir con el mismo bálsamo, que de la ninfa, había aprendido ha elaborar.
Y así sucedió que aquella ninfa, que era algo marisabidilla, consiguió comprender que aquel guerrero no estaba allí para sanar sus propias heridas, sino para curarla a ella y con ello rescatarla de aquel destierro sin fin, al que voluntariamente se había entregado.

14 beduinos en el desierto:

Treinta y nueve guerreros cuento a fecha de hoy en lo que hasta ayer fue desierto, hoy florecido valle.

Un besazo.

En este tiempo ruth
para descansar,
amar, sentir y vivir
todas las sensaciones
que den paz,
sosiego y
tranquildad a nuestro corazon.
Desde mis HORAS ROTAS,
y AULA DE PAZ
un afectuoso abrazo y
cariño compartido
siempre desde el alma
saludos
de amistad:
---Jose Ramon---

Sí Jose, te diste cuenta? Esto es un desierto con vida.

Besos y gracias una vez más por tu generosidad y tu fidelidad.

Gracias Jose Ramón, el sentimiento es mutuo, ojalá lleguemos a extenderlo por todos los confines de la tierra, ¿te animas?

Preciosos tus sitios, que huelen a tierra húmeda, y a pastos verdes, a agua salada, de mis tierras amadas, allá en el norte de España.

Besos.

Ruth, Hermoso Cuento sobre la Ninfa y el Guerrero, un Hermoso Cuento de Amor, ¡Enhorabuena!
Un Abrazo y Besos

Hola, esto es él que escribiste para Autores Reunidos no? Haber si tengo un segundo de respiro, y lo leo y te comento.
Un besazo

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(/(_♥_)\)_______¡HoLa!
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QUE BONITO CUENTO AMIGA RUTHHH, QUE TERMINES BIEN EL DIA. SALUDOS CHRISTIANNN

Y pensar que la exclusiva fue mia!
jajajaja.
Un abrazo Ruth, ya sabes que este cuento me gusta.

Gracias Mariaje, celebro que te guste.

Besos.

Sí, Leinad, es el mismo que viste y calza.

Gracias por tu visita.

Besos.

Christiannnn, por fin me encuentro un perrito en mi desierto!!!!!!!!!!!

Gracias por la visita de ambos.

Besos.

Si Gusmar, en esta vida hay que ser generosos, por eso te cedí la exclusiva, pero esto es como en las revistas, una vez salta la información a la opinión pública, todos se hacen eco de ella y hay que difundirla por varios canales.

Besos.

Donde una mano gentil preste su soplo de vida y acerque el más puro afecto, entregado de corazón... que el tiempo se detenga y que las dulces ninfas y los nobles caballeros encuentren la paz.

Delicioso este plato... mi querida ninfa y guerrera (que todo lo eres y todo lo llevas...)

Un gran abrazo.

Mi querido trovador, gracias por tenerme en tan gran estima.

Besos.

Si no me vas a leer no hace falta que te pongas en la lista...

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Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea, es mejor que no pensar....... HIPATIA DE ALEJANDRIA

GRACIAS JOSE ALFONSO

A Ruth Carlino (Viajando al desierto) .6 de Septiembre .Festividad de Ntra. Sra. de las Viñas .

"Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Se paga al nacer, peaje
y todo es peregrinaje,
cada cual con su bagaje
en pos del cierto accidente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Trenet de feria es la vida.
Bien a la vuelta o en la ida,
sobre raíles se olvida
que no es cierto lo aparente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Llega el otro y marcha el uno.
El de acá es más oportunoque el de allá,
no habiendo alguno.
Todo igual es diferente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente.

Quién soy yo; por dónde voy;
cuál será mi destino hoy,
me pregunto, por qué estoy
si al estar, vivo en pendiente.

Percibo que, de repente,
conmigo viaja la gente".

Jose Alfonso.
http://callejadelahoguera.blogspot.com/